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sábado, 1 de febrero de 2014

Emociones sanas para adelgazar y nutrientes esenciales para el sistema nervioso

PROGRAMA DE TV DEDICADO A
PSICONUTRICIÓN


Comes cuando te deprimes, cuando te aburres, cuanto estas irritado(a), cuando estas... Si solo comiéramos cuando tenemos hambre verdadera probablemente no habría problemas de obesidad.


Algunas personas adelgazan y otras engordan cuando hay situaciones difíciles o estrés.  Calmar el hambre no ha sido nunca el único papel de los alimentos. Comemos no solamente para saciar nuestro estomago, sino también para responder a nuestras emociones. 

Los problemas se producen cuando los hábitos alimentarios inducidos por las emociones ocupan un papel esencial, en detrimento de una alimentación sana y equilibrada y nos llevan al sobrepeso.

Al alimentarnos cubrimos una necesidad física que nuestro cuerpo reclama en forma de apetito. Sin embargo hay un complejo mecanismo que surge de nuestro ser y hace que nos apetezcan ciertos alimentos porque apaciguan nuestros estados de animo y algunas emociones tales como angustia, ansiedad, nerviosismo, depresión, etc. 

De todos es conocido que los dulces en general ayudan en los momentos de apatía y tristeza. Algunas personas se declaran verdaderos adictos al chocolate, y es precisamente por un motivo emocional.

Un análisis de todos los estados de ánimo que nos invaden nos ayudara a controlar esos hábitos dietéticos perjudiciales que nos impiden mantener una alimentación saludable y adelgazar.

La mayor parte de los expertos en nutrición reconocen que para adelgazar no basta con dietas de 1500 calorías por día acompañados de ejercicios físicos. Es importante desacelerar el comportamiento alimentario ligado a las emociones.


Buscando el bienestar. 

A nadie le gusta sentirse mal.
Cuando esto sucede, todos buscamos una manera de eliminar ese malestar.

¿Por qué comemos cuando estamos tensos, angustiados, deprimidos, enojados o aburridos?

Tenemos asociada la comida con:


  • Bienestar.- Cuando la mamá carga y abraza al bebé para alimentarlo, el pequeño lo asocia como una sola cosa. Así, la comida, el abrazo, la calidez y el bienestar se vuelven lo mismo.


  • Forma de eliminar el malestar.- Cuando los niños lloran, por dolor, malestar o berrinche y los adultos le ofrecen algo de comer, le enseñan al pequeño que la comida es la solución para evitar el dolor o malestar.


  • Premio o castigo.- Durante la niñez se utiliza la comida, principalmente dulces, postres, etc., para premiar al niño cuando se porta bien o para negárselo y castigarlo. Como adultos, privarnos de un alimento que nos gusta lo sentimos como castigo y darnos gusto, como premio.


  • Una manera de complacer, agradar y halagar a la gente que queremos o que es importante para nosotros. Festejamos comiendo con amigos o familiares y si queremos demostrar nuestro cariño, agradecimiento o amistad regalamos chocolates, pasteles, etc.


  • Emociones, determinadas personas o situaciones, buenos o malos recuerdos, etc. de nuestra vida. Sobre todo de la infancia y adolescencia.


  • Además, cuando estamos ocupados con la comida, dejamos de pensar en las cosas que nos angustian, deprimen o enojan, por lo que en esos momentos nos sentimos mejor.

La comida si nos ayuda a sentirnos mejor. Pero el bienestar dura muy poco tiempo y tiene consecuencias muy negativas: la gordura, los cambios bruscos de glucosa en la sangre, el colesterol y triglicéridos altos, etc., se quedan con nosotros.

Comer para sentirnos mejor, perjudica nuestra salud y aumenta nuestros problemas.





La falta de apetito también engorda.


Muchas veces cuando estamos tensos, sentimos que no podemos comer. A veces porque tenemos nausea, dolor de estómago, etc. Otras veces sentimos un nudo en el estómago y la comida no nos pasa.



Cuando estamos estresados, todo nuestro sistema digestivo se altera.



Aumenta la cantidad de jugos gástricos, lo que irrita las paredes del estómago y causa diferentes síntomas e incluso enfermedades como gastritis, ulcera gastroduodenal, colitis, etc. También se interrumpe la digestión.



¿El resultado? 

No podemos comer. Y ante los problemas que nos angustian, la comida parece lo menos importante, por lo que no nos obligamos a comer.

Sin embargo, si no nos alimentamos, estamos disminuyendo la energía que necesitamos para enfrentar y resolver nuestros problemas, también con posibilidad de engordar en un intento de nuestro cuerpo por almacenar más grasa y poder tener suficientes reservas energéticas.




NO TE DEJES ENGORDAR POR TUS EMOCIONES

Si deseas "bajar de peso" vigila tus emociones. Comemos más de la cuenta cuando estamos felices, cuando estamos tristes, cuando estamos ansiosos etc. 

Por otro lado, cuando estamos con situaciones anímicas desfavorables no tenemos el ánimo o el tiempo de pensar y prepararnos comida sana y balanceada. Como consecuencia, la alimentación se vuelve pobre en nutrientes y quizás alta en grasa y azúcares.

No siempre tenemos control sobre las causas de nuestro estrés. Pero sí podemos controlar lo que comemos y cómo lo comemos. No existe una alimentación que acabe con el estrés. Pero una buena alimentación nos mantiene sanos y fuertes.

Nuestro cuerpo puede disminuir los efectos negativos del estrés y nuestra mente tiene la claridad necesaria para buscar una solución. En nuestra cultura nos han enseñado a comer como una reacción a nuestras emociones. Estos patrones de comportamiento pueden cambiarse. Ten en cuenta lo siguiente:

1- Quieres algo dulce
Hay momentos en los sentimos que necesitamos algo dulce. Esto puede deberse a altas o bajas en la insulina pero hay que romper el ciclo porque entre más dulce comes más dulce te pide el cuerpo.  Piensa que puedes hacer que sea dulce para tu cuerpo sin necesidad de comer por ejemplo: abrazar a tus seres queridos, hablar con una amigo(a), hacer algo creativo etc. Aprende a sustituir lo dulce con una actividad placentera. No se te está diciendo que nunca comas dulce solo que no lo comas frecuentemente. Según estudios si te aguantas 15 minutos el antojo se desaparece.

2- Comes cuando te desbordas de alegría.
Si te promueven, sacas buenas notas, recibes buenas noticias etc., corres a celebrarlo con comida deliciosa. Trata de sustituir este comportamiento, busca formas de celebrar sin comer más de la cuenta. Ve de paseo, sal a bailar, ve de compras, hazte una manicura/pedicura en tu salón de belleza favorito, etc. Mímate sin comida. Tampoco te estamos diciendo que nunca celebres con comida solo que no lo hagas en todas y cada una de las ocasiones que se te presente. 

3- Ay te matan los nervios.
Sabes que la mejor forma de controlar la ansiedad es el temido ejercicio. Pero no le tengas miedo que ya tienes suficiente ansiedad, sal a caminar aunque sea al centro comercial pero en la naturaleza es mejor. Baila, pinta, toma suficiente agua para hidratarte, etc. Busca una solución a tu nerviosismo si es constante.

4- Pero que aburrida estas
Sabes que el aburrimiento es una de las características humanas más complejas. Lo mejor es buscar qué hacer, pero si no te animas inicialmente come algo como palomitas de maíz y mastícalas bien y mientras lo estás haciendo busca otra actividad como una buena película. Trata de buscar alimentos no tan altos en calorías y que requieran tiempo, no comas galletas o helado porque se comen rápido y son ricos en calorías y grasa. 

5- Comes porque estas triste 
Todos pasamos por momentos duros y a muchos nos da por consolarnos comiendo. En estos casos busca apoyo ya sea en tu familia, tu iglesia, amigos o con un terapeuta. Lee libros inspiradores, haz ejercicio que este ayuda a dar claridad mental. No sufras sola en compañía de la comida porque esta no te ayudara a salir de la tristeza o resolver tus problemas.

Algo que le ayuda a muchas personas es practicar el agradecimiento y cada día dar gracias por 5 o más cosas o circunstancias como salud, casa, trabajo, cuerpo, amigos, familia etc. Cuando cambias la perspectiva los problemas se ven más chicos.

La clave es sustituir la comida por otras actividades para acostumbrarnos a que la comida no es todo. Si no tienes problema comiendo con moderación no necesitas cambiar, pero si lo tienes los anteriores tips mencionados te ayudaran.




Más consejos para combatir el comportamiento alimentario ligado a las emociones:
  1. Abstenerse de ingerir alimentos cuando no se tiene apetito.
  2. A lo largo de una semana, realizar una lista en la que se anoten todos los alimentos que se ingieren fuera de las horas de las comidas pautadas, así como a que tipo de emociones esta ligados.
  3. Buscar medios alternativos que le reconforten sin tener la necesidad de recurrir a la alimentación.
  4. Realizar diariamente ejercicio físico.
  5. Valorar los alimentos ingeridos mas por sus propiedades y virtudes nutritivas y medicinales, interesándose por la comida sana, sus propiedades y ventajas.
  6. Realizar actividades sustitutorias en los momentos de mayor tentación, tales como pasear, tomar un baño, leer, hablar con una amiga etc.
  7. Mantener las funciones del metabolismo sanas disminuyendo el nivel de radicales libres en tu organismo, aumentar músculo y disminuir niveles de grasa corporal en el cuerpo por medio nutrigenomica y suplementos alimenticios, (clic aquí para mas información). 


UNA MALA NUTRICIÓN LIGADA A ESTADOS EMOCIONALES Y ENFERMEDADES MENTALES

Interpretación emocional: Se produce un profundo distanciamiento con el propio ser interior. Es un estado egocéntrico en el que todo se ve de manera subjetiva. Así, se vive con el miedo a un ataque y abuso. Siendo incapaces de relajarse y deshacerse de las actitudes egoístas. Evidencia una falta de confianza y fe.

Cuando nos sentimos deprimidos, frustrados, angustiados o ansiosos, pocas veces pensamos en que es importante también poner atención a lo que estamos comiendo. 

Si bien se ha escuchado poco sobre el tema, cada vez son más las investigaciones que revelan una relación entre la forma que nos alimentamos y nuestro estado de ánimo. 

La relación entre alimentación y estado de ánimo es bastante compleja, se puede decir que hay una interacción de "doble vía"; nuestro estado de ánimo va a influenciar nuestras decisiones sobre lo que comemos, pero también lo que seleccionemos va a tener un efecto en el estado de ánimo consecuente.

¿Es usted de las tantas que antes y durante la menstruación no puede resistir un chocolate? Antes de que se crea que está loca, debe saber que se ha demostrado que estos antojos son totalmente reales. Investigadores del Massachussets Institute of Technology (MIT), han encontrado que esto ocurre mediado por el neurotransmisor conocido como serotonina, un químico que produce la sensación de bienestar. Cuando la serotonina suele estar baja, el consumo de carbohidratos estimula por diferentes mecanismos una elevación en la producción de serotonina, produciendo la sensación de alivio de sus síntomas depresivos. Las mujeres son especialmente susceptibles a fluctuaciones en los niveles de serotonina, cuando disminuyen los niveles de estrógeno, como en ciertos días del ciclo menstrual, cae también la serotonina, y por lo tanto aumentan los antojos por los carbohidratos.
Otra asociación clara es entre el estrés, y el aumento en el consumo de carbohidratos. Esto ocurre por mecanismos diferentes a lo que ocurre con el síndrome premenstrual, sin embargo, el efecto final es el mismo, el consumo de carbohidratos y alimentos ricos en azúcar produce una sensación de bienestar y tranquilidad. 

La otra parte de la ecuación es la posibilidad de seleccionar cuidadosamente los alimentos para cambiar su estado de ánimo. Nuevos avances en el campo del estado de ánimo y la nutrición, nos han revelado como los cambios dietéticos pueden jugar un papel importante si queremos mejorar nuestro estado emocional. 

De forma notable, se puede mencionar una encuesta patrocinada por el Food and Mood Project (Proyecto de Alimentos y Estado de Ánimo) de Inglaterra. Esta es una fundación que se ha dedicado a recopilar información sobre la intrigante relación entre nuestro estado emocional y alimentación. 

En el 2002 encuestaron a 200 personas a quienes se les pidió que eliminaran de su dieta alimentos identificados como "estresores" del estado de ánimo y aumentara su consumo de alimentos "favorecedores". Entre los alimentos "estresores" se incluyeron: azúcar, cafeína, alcohol, chocolate, alimentos que contienen trigo, aditivos, lácteos y grasa saturada. Los alimentos favorecedores fueron: agua, vegetales, fruta, pescados ricos en ácidos grasos omega – 3, nueces y semillas, cereales de grano entero, fibra, proteína y alimentos orgánicos. El comer de forma regular y el no brincarse el desayuno, también se consideraron como medios para favorecer la salud mental. 

88% de los participantes de este estudio mejoraron su salud mental. Específicamente un 26% reporto menos cambios bruscos en su estado de ánimo, 26% reportó menos ataques de pánico y ansiedad y un 24% experimentó una reducción en sus niveles de depresión. 


A pesar de que esta encuesta fue puramente subjetiva, varias investigaciones han revelado que existe una relación clara entre los nutrientes que aportan estos alimentos y cambios en el estado de ánimo. 


Todos hemos sentido esa sensación de tristeza, agitación, insatisfacción, inseguridad o miedo en algún momento de nuestra vida. Dejando aparte los casos que exigen tratamiento psiquiátrico, menciono algunos remedios de la farmacia de Dios para controlar los estados emocionales negativos antes de que se conviertan en algo patológico irreversible y difícil de controlar.




ESTRÉS:
El estrés es la respuesta automática y natural de nuestro cuerpo ante las situaciones que nos resultan amenazadoras. Nuestra vida y nuestro entorno, en constante cambio, nos exige continuas adaptaciones; por tanto, cierta cantidad del estrés es necesaria. 

Los seres humanos  están sujetos al  estrés, sea o físico como psíquico.  Un día frío le puede causar estrés al físico, y el cuerpo como respuesta puede  alterar la circulación, la respiración y la frecuencia cardíaca para adaptarse a esa nueva situación el hecho de que las personas estén en contacto con los virus, las enfermedades y el aire contaminado también produce estrés físico.

El estrés es una fuerza que genera en las personas un impulso a cambiar, crecer, luchar, adaptarse o ceder. La vida toda está completa de hechos que generarán en cada ser humano, algún tipo de reacción, inclusive los hechos positivos generan estrés. Por ejemplo, el hecho de que una pareja esté esperando un hijo, puede generar estrés, aún si estaban esperando ansiosos este acontecimiento. No todo el estrés es nocivo, pues el estimulo, el desafío y el cambio pueden ser aprovechados por las personas, y sacarles beneficios y provecho.  

La adrenalina, entre otras, viaja por el cuerpo elevando la presión sanguínea y la presión cardíaca, acelerando el ritmo respiratorio y alterando otros procesos corporales.  También aumenta el azúcar en la sangre. Grasa es liberada al torrente sanguíneo por las células adiposas para aumentar la energía disponible para los músculos. La respuesta ante el estrés es un estado tenso, alerta, excitado, que prepara a la persona para enfrentar el riesgo y los peligros. Terminada la situación estresante, el cuerpo se relaja y todo vuelve a la normalidad. Cierta cantidad de estrés en la vida puede ser provechosa para las personas, estar mas alertas, o 'en guardia', muchas veces puede ser útil, o necesario, pero el problema y el riesgo comienzan cuando es excesiva, y es entonces que surgen problemas. Las enfermedades cardíacas, las úlceras y alergias, el asma y las erupciones cutáneas, la hipertensión y posiblemente el cáncer. Pueden estar  relacionadas con el estrés, como uno más de los factores de riesgo.  

Cuando la respuesta de estrés se prolonga o intensifica con el tiempo, nuestra salud, nuestro desempeño académico o profesional, e incluso nuestras relaciones personales o de parejas se pueden ver afectadas. La mejor manera de prevenir y hacer frente al estrés es reconocer cuando aumenta nuestros niveles de tensión.

El estrés es parte de la vida diaria. Las personas pueden adaptarse al mismo y hasta utilizarlo en su provecho mientras otras se ven abrumadas por el mismo y esto afecta su calidad de vida. El estrés puede afectar varios puntos importantes de nuestra vida como serian:

·                     Familiar
·                     Laboral
·                     Social
·                     Nutricional

Cuando estamos estresados continuamente, nuestro cuerpo se resiente, se debilita y nuestras defensas bajan. La nutrición afecta la eficacia con que el individuo enfrenta las exigencias físicas y mentales del estrés porque la mala alimentación estresa al cuerpo y la mente perjudicando en sobremanera a quien se encuentra en este estado, además, el estrés puede causar un aumento en las necesidades que requiere el cuerpo de nutrientes, vitaminas y minerales.

La sobrealimentación se puede dar cuando un individuo se encuentra bajo periodo de estrés compensado con atracones de comida. Lo peor es cuando dejas de comer por estrés ya que ayunando a tu malestar psicológico le vas a sumar el físico dando por resultado que tu organismo colapse y te cause graves problemas.

Se crea estrés biológico: una dieta que produce fuertes altibajos de ciertos nutrientes en sangre, secreciones puntuales de determinadas hormonas relacionadas con el estrés, insuficiencia de sustancias necesarias para producir energía, síntesis de neurotrasmisores u otras necesidades. Comer en exceso también crea estrés.

Razones por las cuales una alimentación equilibrada ejerce gran influencia:
  • Porque la nutrición afecta a la eficacia con que el individuo enfrenta las exigencias físicas y mentales del estrés.
  • Porque la mala alimentación y nutrición estresa el cuerpo y la mente, perjudicando de sobremanera a quién se encuentra en ese estado.
  • Porque el estrés puede provocar un aumento en las necesidades que requiere el cuerpo (nutrientes, vitaminas, minerales, etc).
Para comprender por que es imprescindible nutrirse bien en los momentos de estrés es importante reconocer cómo responde el cuerpo a este fenómeno. En una situación estresante, al cuerpo, cuál si fuera por reflejo propio, se le activa la función de "huir o luchar". Las glándulas suprarrenales segregan adrenalina, que es la hormona del estrés

Además de reducir las causas que lo provocan (problemas financieros, relaciones personales, trabajo excesivo, soledad...) puedes introducir en la dieta alimentos que ayudan al cuerpo a responder ante el estrés y a reponer los nutrientes que se gastan a consecuencia de éste. 
El estrés también puede causar problemas psicológicos como depresión, ansiedad, apatía, trastornos alimenticios y llevar al abuso del alcohol o de las drogas.

A muchas personas, las molestias, las frustraciones y la tensión ambiental de la vida cotidiana les producen un estado de estrés crónico. Con el transcurso del tiempo, esto afecta la salud, que se va desmejorando, principalmente por las bajas en las defensas.  El estrés agudo causado por infecciones, quemaduras, heridas, cirugías, fracturas y otras enfermedades, patologías y lesiones, así como los trastornos emocionales súbitos, también influyen en las necesidades nutricionales.

Algunos nutrientes que pierdes cuando sufres estrés: Ácido pantoteico, Vitamina C, Zinc, Magnesio Cromo, entre otros.


ANSIEDAD:
La Ansiedad es una emoción de aparición injustificada y desmesurada que se manifiesta con un estado de hiperexcitación nerviosa (sensación de opresión torácica, dificultad de concentración, temblor, sudor, aumento del ritmo del corazón).

Depresiva, cuando va asociada a cansancio, desinterés, ganas de llorar sin motivo aparente.
Hiperactiva, cuando está acompañada de agitación y actividad frenética.




Casi siempre las crisis de ansiedad aparecen después de un periodo de grandes tensiones emotivas, de problemas graves, de cansancio físico o mental o de la típica sobrecarga que dan los problemas sin resolver.

También existen factores constitucionales de carácter que pueden determinar que las personas sean más ansiosas. El estilo o forma de vivir pueden determinar una mayor propensión a la ansiedad: vivir por encima de las posibilidades económicas cargándose de deudas, trabajar más de lo necesario, usar las horas de ocio en actividades estresantes y competitivas. 

Por lo general es un estado temporal y en este orden de ideas, ligado a eventos como conflictos familiares o del trabajo, problemas financieros y muchos otros. Cuando el evento se resuelve, los problemas de ansiedad se van con ello y todas las personas experimentan ansiedad en algún momento de sus vidas.

La ansiedad o ataques de ansiedad pueden presentarse con síntomas leves o severos (que inmovilizan al paciente como las fobias a animales, a las alturas o ataques de pánico), o aparecer sin una causa aparente con síntomas como: inquietud, problemas para concentrarse, insomnio, rechinar los dientes al dormir, cansancio, desinterés sexual, irritabilidad y aumento o disminución del apetito.

También pueden presentar síntomas físicos como fatiga crónica, palpitaciones, falta de aire, dolor en el pecho, boca seca, sudor excesivo, mareos, falta de apetito sexual, tensión en los músculos del cuello y espalda ("el nudo en la garganta" una sensación de que tienes algo en la garganta que te hace difícil respirar, hablar o comer), trastornos del sistema digestivo (náusea, diarrea), solo para nombrar unos pocos.

La experiencia de los médicos expertos en este padecimiento anota que la mayoría de estos pacientes asistirán al médico por primera vez, aquejando síntomas físicos (no síntomas psicológicos) ya que no reconocen la ansiedad como problema y el diagnóstico es más difícil para el médico general. Es común en pacientes con mal funcionamiento de la tiroides, el presentar episodios de ansiedad.

El 90% de los hombres diagnosticados con niveles disminuidos de testosterona, experimentan nerviosismo, 80% irritabilidad y el 25% temor y ansiedad. Tratamientos que ayuden con el equilibrio de la hormona testosterona pueden ayudar en el tratamiento de estos síntomas.

La falta de ciertos nutrientes en la alimentación, están relacionados a la aparición de episodios de ansiedad. Entre ellos están: vitamina B12, calcio y magnesio. Todos ellos tienen un efecto "calmante".

La ansiedad también se puede presentar en dietas abundantes en alimentos procesados, particularmente carbohidratos y azúcares simples (dulces, pan blanco, arroz blanco, repostería, etc), porque éstos elevan la glicemia (azúcar en sangre), al ser digeridos rápidamente. Usualmente seguido de una disminución súbita de los niveles de azúcar en sangre (hipoglicemia). 


DEPRESIÓN:
La depresión suele asociarse a síntomas diversos como tristeza, nostalgia, melancolía, apatía y hasta dolor moral. También puede estar acompañada de un continuo pesimismo y de pérdida de la autoestima y, a veces, también por un estado de ansiedad.

Algunos síntomas y comportamientos pueden ser mucho o poco apetito con probabilidad de aumento o pérdida de peso, insomnio o hipersomnio, hiperactividad física o apatía, incapacidad de experimentar placer social o sexual, bajada de energía, debilidad, tristeza profunda, falta de autoestima o sentido de culpa, dificultad de concentración o reflexión, puede manifestarse como irritación con la menor cosa, constante mal humor y el deseo de apartarse de la vida social, usualmente tiene grandes problemas personales o en el trabajo  que agravan su condición y Aunque su vida no tenga mayores problemas, siente que nada tiene sentido, no puede sentirse feliz o satisfecho, no importa cuantas cosas buenas tenga a su alrededor llegando a desear la muerte, entre otros.



Hoy en día prevalece la idea de que la depresión es una alteración bioquímica que afecta a los neurotrasmisores de las células. Esta teoría se contrapone a la que le daba una causa exclusivamente psicológica, según la cual la depresión venía como consecuencia de una agresividad reprimida, por la pérdida de algún ser querido o de otros problemas más complejos de comportamiento.
Muchos pacientes sienten su depresión sobre todo por la mañana y esto puede estar asociado a un mal funcionamiento de la glándula tiroides. 

Las frutas y vegetales frescos y proteína, son importantes en el tratamiento de la depresión. Las frutas con sus nutrientes, ayudan a mejorar la función de la glándula tiroides. Las proteínas como pescado, huevos y pollo en pequeñas cantidades, mejoran el balance hormonal y la respuesta al estrés (hormonas sexuales y glándulas adrenales).

La hipótesis bioquímica de los desequilibrios de los aminoácidos biogénos (serotonina, metionina, dopamina, adrenalina y noradrenalina) está confirmada por los resultados favorables que se obtienen suministrando suplementos alimenticios que actúan a ese nivel.

Por todo ello, una dieta que ayude a prevenir los procesos depresivos, debe aportar las vitaminas, minerales y proteínas (aminoácidos) que contribuyan a la formación de sustancias como la serotonina que ayudan al equilibrio y bienestar mental. Algunas plantas, minerales, vitaminas y oligoelementos, pueden ayudar a mejorar las depresiones leves. Los especialistas en nutriterapia, aconsejan hacer una dieta equilibrada, complementada con suplementos del complejo vitamínico B, de vitamina C, de magnesio y de aminoácidos como el triptófano.

Si esta asociada a un pesismismo constante, sin ganas de hacer nada, está provocado por una ruptura sentimental o es debida a dificultades profesionales, si tiene periodos de angustia o miedos inmotivados o si está acompañada de insomnios persistentes, se recomienda tener en cuenta oligoelementos  para una dieta antidepresión como lo son el Litio y el Zinc.

Si la depresión viene acompañada de bulimia, los oligoelementos recomendados para la dieta, son: Zinc, Niquel, Cobalto.
DESCRIPCIÓN DE OLIGOELEMENTOS Y SU FUNCIÓN A NIVEL DE SALUD MENTAL


Cada vez son más las investigaciones que han comprobado como ciertas deficiencias en vitaminas y minerales pueden estar asociadas a un estado de ánimo negativo, incluyendo ansiedad, depresión e inclusive esquizofrenia. Entre los principales compuestos que se han asociado con depresión están la vitamina B12, el ácido fólico, la vitamina B6, la tiamina (vitamina B1), el selenio, el magnesio y el zinc. 

Un ejemplo importante de esto es la suplementación con magnesio. En un estudio reciente realizado por Gianni y colabarodores, en el año 2000, se encontró que la suplementación con 375 mg de óxido de magnesio mejora el efecto de un medicamento en el tratamiento de la mania.

De importancia similar, es el hallazgo del beneficio de la suplementación con óxido de magnesio y vitamina B6 en mejorar el estado de ánimo en el síndrome pre menstrual. Entre los beneficios de esta terapia se ha encontrado que reduce la tensión nerviosa, los altos y bajos en el estado de ánimo, irritabilidad y ansiedad. 

Entonces, ¿significa esto que se debe seguir un regimen de suplementación para mejorar el estado de ánimo? Complementar con un multivitamínico para asegurar que no se den deficiencias es un buen seguro nutricional, sin embargo la primera línea de acción es procurar obtener estos alimentos a través de la dieta. Se ha demostrado que no son solo los compuestos aislados que interactúan para producir un efecto en el estado de ánimo, sino que varios componentes de los alimentos que aun no se han identificado pueden ser también responsables de los beneficios, por lo tanto, lo primero es aumentar la calidad de su alimentación. 

La mejor forma de asegurar niveles adecuados de estos nutrientes es aumentando su consumo de frutas, vegetales y suplementos alimenticios indicados. 

Calcio: para el equilibrio anímico es imprescindible que la dieta diaria contenga la dosis mínima recomendada de calcio, ya que su carencia, además de osteoporosis y descalificación de huesos y dientes, provoca una cierta sensación de fatiga y una mayor excitabilidad. Al ayudar a metabolizar el hierro da fuerza y energía y nos ayuda a sentirnos más animados

Hierro: La carencia de este precioso mineral puede producir anemia y esta enfermedad se caracteriza por la falta de ánimo de quienes la sufren. 
Es indispensable para el transporte del oxígeno a los tejidos, sin él, nuestro cerebro no puede funcionar de manera óptima, lo cual lleva a falta de agudeza mental y sentimientos de cansancio, provocando un estado permanente de irritación y fatiga.
Por tanto el hierro es un elemento más a tener en cuenta para disminuir o mejorar los síntomas de una depresión, sobre todo en las mujeres, que si están en épocas de crecimiento o de pre-menopausia, suelen tener más riesgo de caer en un déficit de este mineral. 

Potasio: Desempeña un rol importante en el buen funcionamiento de los músculos y del sistema nervioso. 

Zinc: ayuda al cuerpo a hacer frente al estrés a la vez que aumenta nuestra capacidad de concentración y de aprendizaje. Interviene como coenzima en varios cientos de reacciones, interviene en las reacciones de ácidos grasos esenciales para las funciones cerebrales y moduladoras de la inmunidad, en la síntesis de neurotrasmisores.

Fósforo: un mineral que ayuda a la concentración. 

Una cura de Magnesio: Un moderador de la excitabilidad muscular y nerviosa. Los síntomas claros de que el estado depresivo puede venir por una falta magnesio en el organismo son: hiperexcitabilidad, calambres frecuentes, palpitaciones en los párpados, espasmofilia. 
Es una de las mejores soluciones contra la depresión. Es un mineral esencial para la buena calidad de los cambios neuromusculares. Conocido como el mineral aliado contra el estrés, mejora el estado de ánimo, ayuda a metabolizar el calcio, es esencial para el buen funcionamiento de los nervios (síntesis de neurotrasmisores), contribuye a transformar el azúcar de la sangre en energía y cataliza las reacciones de transformación de grasos esenciales, necesarios para la integridad de las células cerebrales y sus conexiones.

Vitaminas del grupo B: Ayudan al organismo a transformar en energía los azúcares de la dieta. Especialmente las mencionadas a continuación, pueden tener más incidencia en el control de la depresión.

LA COLINA: ayuda sobre todo a la transmisión de los impulsos nerviosos que el cerebro utiliza para la memoria.
LA B1 O TIAMINA: mejora la actitud mental y mantiene el buen funcionamiento del sistema nervioso y participa en las reacciones de obtención de la energía.
B5: Interviene en la síntesis de las hormonas del estrés.
LA B6 O PIRIDOXINA: permite un sistema nervioso saludable evitando las alteraciones nerviosas, sintesis de neurotrasmisores.
LA B12 O COBALAMINA: ayuda a mantener en buen estado el sistema nervioso, aumenta la energía, alivia la irritabilidad y mejora la concentración y la memoria. 

Acidos grasos esenciales: ayudan al buen funcionamiento del sistema nervioso. Las células nerviosas están compuestas en su mayor parte por ácidos grasos esenciales de cadena larga. Cuando estos son insuficientes en la dieta, la integridad de las neuronas y la calidad de las comunicaciones entre las neuronas puede resentirse.


Investigaciones anteriores, ya habían demostrado una relación entre los niveles en sangre de omega – 3 en enfermedades psicológicas serias, como depresión, desorden bipolar, déficit atencional e inclusive esquizofrenia. Nuevos estudios han encontrado que pueden ayudar a la salud mental de cualquier persona.

Investigadores de la Universidad de Pittsburg, encontraron que personas con niveles bajos de omega – 3 tenían más probabilidad de presentar niveles leves o moderados de depresión, más cambios bruscos en el estado de ánimo e impulsividad. Contrario a esto, personas con mayores niveles de omega – 3, se mostraron con un estado de ánimo más positivo.

La Asociación Americana del Corazón recomienda el consumo de al menos dos porciones de 3 oz por semana de ácidos grasos esenciales omega - 3 para proteger contra enfermedad del corazón. El consumo de esta cantidad puede ser también beneficiosa para recuperar nuestra felicidad. 

La eficacia de los aminoácidos: Algunos aminoácidos o componentes de las proteínas, se comportan como verdaderos antidepresivos naturales.

EL TRIPTÓFANO: es un aminoácido esencial que el cerebro utiliza para producir un neurotransmisor llamado serotonina, sin los altos y bajos que ocasionan los alimentos altos en azúcar, por lo tanto, se ha sugerido que su consumo puede ocasionar el efecto relajante y de bienestar. Además de inducir al sueño de forma natural, reduce la ansiedad y la tensión, actúa como un antidepresivo.
LA FENILALANINA: otro aminoácido esencial que actúa como neurotransmisor. Es transformado por el cuerpo en norepinefrina y dopamina, dos transmisores que favorecen la actividad y la vitalidad. Por ello se le atribuye una acción antidepresiva, además de mejorar la memoria y la actividad mental. Ayuda a mejorar el estado de animo.

Coenzimas Q10: Protege a la mitocondria celular del estrés oxidativo.

ANTIOXIDANTES 



Como la vitamina E y el selenio: ayudan al organismo a recuperarse del estrés físico y emocional. Protege a las hormonas del estrés (derivadas del colesterol) de la oxidación. 

Vitamina C: Antioxidante. Además de jugar un papel fundamental en los mecanismos inmunitarios del organismo, esta vitamina es esencial para luchar contra la depresión, ya que su carencia se traduce en una sensación de fatiga más o menos crónica y en un sentimiento de tristeza. El tabaco y la contaminación aumentan su desgaste.

Conocida también como la vitamina del buen humor y que resulta esencial para asimilar el hierro (también aliado del buen humor y en la síntesis de neurotrasmisores).


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ESTRATEGIAS NUTRICIONALES PARA PREVENIR ESTADOS DE ÁNIMO DISCORDANTES O MEJORARLOS:
  • Incrementar el consumo de alimentos crudos como frutas frescas, verduras, hortalizas, etc, que suponen un aporte de vitaminas, minerales y flavonoides.
  • Aumentar el consumo de vegetales de hoja verde o suplementar su dieta con algas ricas en clorofila.
  • Consumir caldos de elaboración casera, que ayudan a fortalecer el sistema inmunitario ( sopa de ajo, jengibre, alfalfa, etc.)
  • Incrementar el consumo de algas marinas, ricas en yodo, que estimulan la actividad de la glándula tiroidea.


10 Reglas de oro

1 Come sentado y en una atmósfera tranquila
2 No comas si estás nerviosa y agitada
3 No comas si no tienes hambre
4 No tomes alimentos o bebidas heladas
5 No discutas ni trates asuntes importantes mientras comes
6 Mastica lentamente, degustando y saboreando los alimentos
7 Deja un intervalo de 4 ó 5 horas entre las comidas principales
8 Limita al máximo el consumo de carne o pescado crudo
9 Después de cada comida quédate sentada tranquilamente durante algunos minutos
10 Evita el café después de la comida y prefiere una infusión relajante.



Hay que sentarse a comer con calma y sin prisas, percibiendo los olores y sabores de los alimentos para que la comida nos de una mayor sensación de placer. El mantel y algún elemento de la vajilla deberían ser de color naranja o amarillo ya que son los colores que nos ayudan a obtener mayor placer de la comida. Si queremos un efecto relajante se pueden usar utensilios de color azul o verde. Nunca se debería hablar de asuntos serios y de trabajo durante la comida, y mantener tan solo conversaciones alegres y agradables. 

El desayuno debe contener suficientes hidratos de carbono para que nos den ánimo todo el día (fruta, lácteos y cereales integrales).



La comida, rica en proteínas pero con pocas grasas para que no resulte pesada. Las que tienen un mayor valor biológico son las que proceden de los quesos, carne, pescado, huevos y soja o derivados.



Hay que beber al menos un litro y medio de líquido al día ya que la deshidratación puede acusar desequilibrios emotivos. La deshidratación es una de las principales causas de fatiga e irritabilidad que usualmente se pasa por alto. No necesariamente tiene que ser agua el líquido que consuma, todo líquido incluyendo jugos, café, leche, té, etc., cuenta para su requerimiento de fluidos. Por supuesto, lo ideal es que sea bajo en azúcar y calorías, por lo que se recomienda el agua preferiblemente o jugos naturales.


Alimentos "Estresores" del estado de ánimo:
Reducir el consumo de excitantes como el café, el té o las bebidas gaseosas, ya que a dosis altas resultan depresivos. 




  • Azúcar, sucralosa, aspartame y elementos que las contengan (bebidas carbonatadas, endulcorantes artificiales, conservantes y aditivos)

    Altos y bajos en el estado de ánimo y niveles de energía están muy relacionados a altos y bajos en los niveles de azúcar. Muchos alimentos ricos en azúcar, producen el efecto de levantar nuestro estado de ánimo, sin embargo, este efecto puede ser temporal y ser seguido de bajas nada agradables. Usualmente la solución, es "rescatarnos" de esta caída con otra buena dosis de azúcar, llevándonos a una montaña rusa emocional todo el día.

    ¿Cómo romper este ciclo? Muy fácil, eligiendo sabiamente los tipos de carbohidratos que no provoquen picos en los niveles de azúcar, sino que los mantengan estables durante el día. 

    Elija principalmente carbohidratos integrales como arroz integral, pan integral, pastas integrales, y cereales de desayuno ricos en fibra. Las frutas y vegetales también aportan su buena dosis de fibra, por lo que son una excelente elección si quiere mantener sus niveles de azúcar estables.

    • Alcohol
    Es bien conocido que el alcohol es una droga que altera nuestro estado de ánimo. Sin embargo, muchas personas asocian estas alteraciones solo con los tomadores fuertes, pero se ha demostrado que el consumo de alcohol ocasional, también puede tener un efecto negativo en los estados de ánimo.

    Un mayor abuso del alcohol (aunque sea ocasional) se ha asociado a estados de ánimos más negativos (como depresión, ansiedad, angustia, estrés) en relación a los tomadores menos fuertes. No se puede determinar de manera precisa si el estado de ánimo negativo es consecuencia del alcohol o si el estado de ánimo negativo es el que lleva a buscar el alcohol, sin embargo, los investigadores sugieren que pueden existir ambas interacciones. Incrementa la actividad de glándulas adrenales 
    e interfiere con el adecuado funcionamiento del cerebro en un nivel bioquímico.


    • Cafeína
    Con la cafeína, el secreto es la moderación. Depende de la cantidad que consuma puede elevar su ánimo o dejarle totalmente por el suelo, el secreto es saber usarla a su favor. Para esto, es importante que conozca como reacciona su cuerpo a su consumo y no abusar de sus efectos.

    Un exceso de cafeína provoca ansiedad, e irritabilidad, en personas con problemas de ansiedad la cafeína puede exacerbar la condición. Recomendaciones para moderar su consumo:
      • Escuche su cuerpo y sepa cuando decir no a esa taza extra.
      • La mayoría de las investigaciones sugieren que 3 tazas de café al día, o el equivalente a 6 de té (300 mg de cafeína por día) no tienen un efecto contradictorio en la mayoría de las personas saludables.
      • Ponga atención al contenido de cafeína de otras fuentes diferentes al café, una taza de té aporta unos 50 mg, y un refresco gaseoso aporto unas 37 mg.


    • Chocolate
    Al igual que con la cafeína, moderación es el secreto para disfrutar del efecto estimulador del chocolate.

    El chocolate es la perfecta combinación de azúcar y grasa para producir cambios en la química cerebral. El azúcar estimula la liberación de serotonina, que nos lleva a una sensación de bienestar generalizada, asimismo, también libera endorfinas, las cuales producen un pico de euforia en el estado de ánimo. La grasa del chocolate favorece su sabor y aroma, estimulando otro químico que controla los antojos por la grasa.

    Y esto es solo la punta del iceberg cuando se trata de alteraciones a nivel de la química cerebral. El chocolate también es rico en teobromina y cafeína, que elevan el ánimo, además contiene feniletilamina, la cual estimula el sistema nervioso central y aparentemente dispara la sensación que se experimenta al estar "enamorado". Finalmente, contiene una sustancia llamada anandamida, la cual simula el efecto de la marihuana, provocando la sensación de placer cuando se come.

    Todavía hay muchas preguntas en relación a las alteraciones que produce el chocolate a nivel cerebral, sin embargo un cosa es cierta: los antojos por el chocolate son bastante reales. 

    El problema, es que el abusar del chocolate nos puede llevar también a altos y bajos emocionales, por lo que se debe disfrutar con moderación.

    Los malos hábitos nutricionales y/o los abusos pueden causar bajas de ánimo, como la persona que consume demasiada cantidad de azúcar, cafeína, alcohol, sodio y grasa y muy pocos nutrientes. La mala nutrición puede trastornar el equilibrio general de nutrientes, y un cuerpo mal nutrido es más susceptible a las enfermedades, y las enfermedades generan una mayor necesidad de nutrientes en el cuerpo. Cada ser humano es único, y por ende, responde ante similares estímulos, de maneras tan distintas. Lo que a una persona le puede afligir mucho, a otro le puede no parecer grave o importante.



    El cuerpo utiliza el oxígeno, como fuente de energía y vida. Pero al “quemarlo” queda un residuo llamado radicales libres, que afectan y desgastan al organismo.


    Son los causantes una gran parte de las enfermedades degenerativas.



    El estrés, la contaminación de todo tipo, los medicamentos, etc., aumentan la cantidad de radicales libres en nuestro cuerpo. La manera de combatirlos, es a través de los antioxidantes de algunos alimentos.



    Además de su efecto antioxidante, la vitamina C fortalece nuestro sistema inmunológico, que se debilita ante el estrés.



    La falta de magnesio, potasio y calcio, le impide al cuerpo reducir el daño provocado por las hormonas generadas por el estrés.

    Además, estos minerales son relajantes y ayudan a mantener estable el ritmo cardíaco.



    Por lo tanto, para combatir el daño del estrés y para mantenernos sanos, en general, es importante una alimentación variada y balanceada, que nos proporcione estos nutrientes.

    RECOMENDACIONES FINALES

    Observa tu manera de comer cuando estás triste, angustiados, enojado, etc. Pon atención, tanto en la cantidad, como en la calidad de tu comida.

    ¿Cuándo tienes algún problema, comes más, dejas de comer o consumes comida chatarra?

    En el primer caso, aprende a diferenciar el hambre física de la emocional.

    La primera se va sintiendo poco a poco y empieza después de varias horas de haber comido. Es más fácil aguantarse, sin que nos afecte emocionalmente. Cuando comemos, nos sentimos satisfechos y nos olvidamos e la comida.

    El hambre emocional aparece de repente, sin importar el tiempo transcurrido desde nuestra comida anterior. Deseamos ciertos alimentos específicos, no cualquier cosa. Es más difícil que nos sintamos satisfechos. A pesar de haber comido suficiente cantidad, deseamos más. Si no comemos de inmediato, nos angustiamos.

    Si comes porque estás triste, enojado, angustiado, etc., busca actividades que te relajen o te distraigan. Haz una lista de cosas que te gustan o que te mantienen ocupado y tenla a la mano.

    Escribe sobre lo que te pasa. Tus pensamientos y sentimientos.




    Recuerda que comer no es la solución. Puede ser que te sientas mejor durante el tiempo que tardas en comer, pero en cuanto terminas, te enfrentas al mismo problema y a las mismas emociones negativas. En ocasiones es peor, porque nos sentimos culpables o enojados por haber comido. Y a la larga, nuestros problemas físicos aumentan.

    Si el estrés y las preocupaciones te quitan el hambre, haz un esfuerzo por comer. Busca alimentos que te proporcionen una gran cantidad de vitaminas y minerales, para que tengas suficiente con porciones pequeñas. Come varias veces al día, para que puedas comer poco en cada ocasión.

    Incluye en tus alimentos: Plátano, aguacate, almendras, germen de trigo, levadura de cerveza, semillas de girasol y miel, pero en pequeñas cantidades, porque engordan.
    La manzana, brócoli y espinacas no deben faltar en tu alimentación.
    Toma yogurt bajo en grasas y pavo. Come avena, lentejas, arroz negro y pan y pastas integrales. Si tienes problemas de peso cómelas con moderación y sin grasa.
    Toma de 5 a 6 tazas de te verde o de manzanilla durante el día. Toma entre 6 y 8 vasos de agua al día para eliminar las toxinas de tu cuerpo.
    Cuando sientas que necesitas algo dulce, come unas cuantas pasas.
    Toma un vaso de leche caliente con miel antes de dormir.

    Existen algunos alimentos que causan un daño importante, sobre todo si estás estresado. Evita el alcohol, la cafeína y el azúcar. Algunos estudios han indicado que es conveniente evitar el aspartamo y sucralosa (endulzantes artificial). La cafeína, (té, café, bebidas con cola, chocolate y cacao) y el ginseng excesivos  nos pueden dar una sensación de mayor energía, pero aumentan el estrés y afectan al sistema nervioso. También los alimentos ricos en hidratos de carbono refinados (azúcar, pan blanco, etc.) nos dan una sensación momentánea de mayor energía o bienestar, porque elevan la cantidad de glucosa en la sangre. Cuando esto sucede el cuerpo produce insulina, para bajar esos niveles elevados y se provoca un bajón de azúcar que nos hace sentir peor. Acuérdate que necesitamos una solución, no un bienestar momentáneo que nos provoque mayores complicaciones.


    Consulta a tu medico sobre la conveniencia de tomar suplementos vitamínicos, pero que no contengan cafeina ni ginseng excesivos.


    No te automediques y consulta a tu médico sobre las medicinas que estás tomando. Algunas pueden tener un efecto excitante. Si es así, revisa con él las opciones. No hagas cambios que no estés supervisados por tu médico.

    Si no tienes problemas para dormir, una siesta puede ser una buena opción, pero no mayor de 20 o 30 minutos.

    Haz ejercicio, pero no en la noche. El ejercicio te ayuda a disminuir el estrés y produce endorfinas que te ayudan a relajarte y a tener una sensación de bienestar.

    Si estás estresado, revisa tus ideas y creencias y tu forma de pensar. Revisa artículos sobre las causas del estrés, el manejo de las preocupaciones y busca una solución.


    Nu Skin Pharmanex Estefany Martinez Vanegas 
    Mayores informes: celular 300 622 07 86 Medellín Colombia

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